jueves, 15 de mayo de 2008

La Señora de Nasca

LOS CIENTO CINCO AÑOS DE MÁRIA REICHE
EL PERUANO 16MAYO2003
(acualizado)
MATEMATICA, geógrafa, física, y bilingüe. María Reiche, la incansable investigadora y centinela de las líneas de Nasca, hubiese cumplido hoy ciento cinco años de edad.
Natural de Dresden, la espigada científica nació un 15 de mayo de 1903 en el seno de una familia con­servadora. En ella permaneció has­ta los 27 años, edad en que su vida dio un giro histórico al descubrir esos garabatos perfectos sobre una estepa andina.
Sin embargo, ella llegó al país con un contrato de trabajo como profesora en el Cusco. Tres años después, en 1937, se trasladó a Li­ma donde fungió como restaurado­ra en el Museo Nacional. Allí trabó amistad con Julio C. Tello y en 1949 decide regresar a ese desierto en­cantado al que la llevaron Paul Ko­soc (descubridor de las líneas) y El­mer Faucett.
Que esas figuras la sedujeron es­tá claro: Las líneas y geoglifos de Palpa la volvieron obsesa. Quería establecer científicamente su fun­ción, probar la hipótesis que endil­gaba a las líneas una propiedad cósmica.
"Un calendario astronómico pre­hispánico", dijo una y mil veces. Sentenció ante académicos y perio­distas sus escritos. Difundió sin re­sentimientos sus presunciones, no obstante la burla de algunos ar­queólogos locales que minimizaban sus estudios.
Y así se inició la leyenda de la mujer de gafas de carey, blusas a rayas y zapatos de precio ruin. Só­lo con la protección de un sombre­ro de paja y pañoletas incoloras, María Reiche pasaba el día entero escarbando el pasado, midiendo los senderos de arena, tratando de establecer pactos, vínculos intangi­bles entre las hilachas y las estre­llas, constelaciones y satélites.
Su primera monografía sobre el tema data de 1949, aunque ella empezó a examinar los diseños en 1946. Los siguientes 15 años vivió en una cabaña de la hacienda San Pablo, al borde de la pampa. En una carta a su madre describe así su vida: "...para hacer sus necesi­dades uno tiene que ir a la zona de las tumbas del frente, donde los cráneos pálidos brillan con la luz de la luna. Se toma el agua de los canales de irrigación. Para bañarse se va al río...".
Y claro, para todos es conocida la humildad y estrechez económi­ca en que vivió la alemana. Gra­cias a sus solicitudes, quejas y rue­gos, un hasta entonces miope Esta­do declaró la intangibilidad de la zona en 1977.
Pero, seguramente, la máxi­ma satisfacción que se llevó a la tumba la doctora debió ser la declaración del sitio como Patri­monio Cultural de la Humani­dad. Con eso les tapó la boca a todos los que la tildaron de es­quizofrénica.
Y aunque aún no se ha podido confirmar al 100 por ciento, lo más probable es que las líneas hayan sido lo que la Dama de Nasca siempre defendió: un perfecto calendario que, además rendía tributo al agua, fuente de vida que siempre escaseaba en la árida pampa.Hoy en día, varios colegios, academias, institutos, calles y avenidas llevan su nombre. Sin embargo poco se ha hecho para rendir un cabal tributo a una de las mas grandes defensoras de nuestro patrimonio. ¡Feliz cumpleaños, doctora Reiche!

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